A Facundo Di Genova no le alcanzó con la intoxicación autoinfligida para escribir su libro El barman científico, ni con las fiestas de fin de año. Por eso insistió con escrutar unas cuantas cajitas a la espera de una sorpresa agradable. ¡Y encontró varias!
Se dice que no son vino, que son una porquería, que aturden malamente el entendimiento. Que es el cartón popular y nunca puede faltar, que la mitad de los vinos argentinos se envasan en cajita de cartón, que hay algunos muy buenos. Las opiniones están divididas y vale preguntarse por qué hasta ahora no se han realizado catas de vinos en tetra. La razón estaría más cerca del prejuicio discriminatorio (simple y rústica vestimenta) que en la calidad de lo que lleva dentro, que puede ser, a veces, bastante malo… como cualquier botella. Pero cada vez menos.
El Comité de Somelliería Popular -con Facundo Di Genova a la cabeza- escrutó 12 cartones, todos de precios similares, pero de calidades muy distintas. Algunos fueron decididamente puntinazos al estómago, el hígado y los chinchulines, otros quedaron en la media de aceptables. Un tercer grupo sorprendió, al punto de pensar en que sería negocio envasarlos en botella de 3/4 a un precio de $12 pesos, cuando el cartón de un litro cuesta menos de $4,50. Pasen y caten.