Diciembre, sábado a la noche, calor insoportable en Buenos Aires. Sabina espera en el estadio de Boca, listo para dar su primer recital en la Bombonera. Una odisea acercarse al estadio, el transito está saturado mucho antes de llegar, y el reloj ya marca la hora de comenzar el show.
Pasando los vallados del estadio a toda velocidad, ya se escucha de fondo la primera canción de Joaquin, y esa es la señal de que estoy llegando tarde.
Acomodarse, encontrar el lugar y ubicarse, otra odisea. Las canciones van pasando, el cielo desafía a cada instante con una tormenta inminente. Con las primeras gotas de lluvia el publico se alivia del calor, y hace vibrar el estadio cantando los clásicos de Joaquín.
En la Bombonera se intuye un público realmente fiel y seguidor de Sabina, mil veces mejor que la platea ignorante de nariz respingada que lo habia ido a ver unos meses antes al Gran Rex por pura tendencia fashion.
Maternidad y paternidad: Olga Román ausente en el recital por reciente embarazo, y Sabina acusando a Panchito y Antonio de ser los padres de la criatura.
Las gotas dan paso al aguacero, y el aguacero es el preludio del vendaval que será el fin del recital de Sabina en Boca.
Como la estrella que brilla al limite antes de extinguirse, el último tema de Joaquin antes del diluvio letal fue el punto maximo del recital. El publico -decidido a mojarle la oreja a los dioses- no paró de cantar y saltar, alentando a seguir hasta el final.
Era casi como estar en un estadio viendo un partido de futbol, con el solo detalle de que todos los hinchas eran locales.
La aventura de salir de la cancha de Boca entre el agua y la inundación, el caos de transito y una ciudad colapsada por los caprichos de la naturaleza.
Llegar de regreso a casa hecho sopa, horas despues del abrupto fin del show. Una cronica que se hizo esperar mucho, y mis 9 calaveras de puntaje, que no llegaron a diez por el solo hecho de que muchas canciones se quedaron en las gargantas de Joaquin y su público por una maldita ruleta rusa.
Hasta la proxima cita, cuando otra gira lo traiga de vuelta a Buenos Aires.