Casi como una costumbre, a veces a la memoria se le traspapelan algunas anecdotas (en este caso del último viaje por Nottingham). Pero como siempre ocurre, lo que uno olvida, otro lo recuerda.

Historias esotericas que habían quedado en el tintero, como cuando estuvimos con Mika y Yokito con las cartas del Tarot haciendo preguntas de todos los gustos y colores, aunque con mejores resultados que en Valencia, cuando esas mismas cartas tiraron pálidas a todos los españoles que se atrevían a desafiarlas.

También hubo un poco más de divertido esoterismo con el “Libro de las Mutaciones” (más conocido como I-Ching), tirando monedas, buscando hexagramas, tratando de interpretar respuestas entre imágenes alegóricas, y para coronar la frutilla de la dificultad, intentando traducir todo ese resultado al inglés para que Kotta entendiera algo de lo que estabamos haciendo.

Pasando de las cartas de tarot a la baraja española, también me ocupé de enseñarle a jugar al truco a Mik y a Yokito, porque no podía seguir aceptando el hecho de que una argentina (que tanto se dedica a jurarse “argentina” con todas las letras!) no supiese jugar al truco! Qué un japo-alemán como Yokito no sepa jugar, vaya y pase, pero el caso de Mika ya era grave. De todas formas fue una mision de resultado indefinido, porque Mik no le puso mucho interés al Truco y al final terminamos jugando al Chin-chon con un mazo de 40 cartas… jajaja

Y para cerrar las historias de naipes, despues de tanto truco y chin-chon, nos pusimos a competir y construir castillos de cartas… lamentablemente, otra vez Mika sufrió la derrota en carne propia, porque como se ve claramente en la foto, yo había terminado mi castillo mucho antes que ella hubiese completado el suyo. jajajaj