Meses atrás había dejado en el tintero anécdotas pendientes, que había prometido escribir… ya que no me gusta fallar a mi palabra, me ha tocado mal y tarde cumplir mi promesa.
Sepan disculpar si en el apuro de escribir lo que me dicta la memoria, se pierde un poco el colorido del recuerdo.
El tsunami de chanes: En cuanto llegué a Valencia, noté que el tiempo en España habia dejado su impronta en Mika… Como buen argentino de viaje por el exterior, yo trataba de hacer cuanto fuera posible por recordarle tanta argentinidad perdida en el camino.
Un día, contandole sobre los programas televisivos que tenian exito actualmente en Argentina, surgió la mención a Pettinato y su “Duro de domar“. A partir de ahí, de la mano de YouTube, se podrán imaginar la cantidad de videos que vimos con los Tsunamis, Katrinas e Ilianas de chanes!!! jajaja
Sé que se estarán preguntando, ¿Dónde surge la verdadera anécdota?
Un tiempo después, viendo fotos en la habitacion de Mik, pasando revista de las fotos donde aparecía el Toni…. cada vez que aparecía Toni, el primero que decía “CHAN!” ganaba! jajaja (Ok, reconozco que era pasarse el rato riendose a costa de otro…. pero… valió la pena! )
Para colmo, luego de tantas risas esa noche, la cosa se institucionalizó allá en Valencia y cada 2×3 -si la ocasión lo ameritaba- se escuchaba el “CHAN!” y a continuación (y sin escalas) todas las carcajadas.
La afonía persistente: Casi como una ironía del destino, yo que siempre puedo hablar por horas sin cansarme (podría competir con Fidel Castro dando discursos desde la plaza), apenas llegado a Valencia, al dia siguiente de aterrizar, estaba con una afonía rampante que no me dejaba hablar mas que 2 o 3 palabras. Probablemente una bendición para todos los valencianos, para Mika, para su familia, y para cualquier otra persona que se haya cruzado en mi camino en esos días y no me tuvo que escuchar horas y horas hablando sobre cualquier tema a diestra y siniestra.
Lo unico que realmente lamento es no haber podido cantar algunos temas de Sabina entre una y otra copa… Cantar “La del pirata cojo” mientras ibamos en el auto me costó sangre, sudor y lágrimas, pero demostré que la sabía con los ojos cerrados! (que pirata no sabría su himno de memoria? jajaja)
El rescate de Rambo: Caminabamos por Lliria, cuando vemos que en el portal de una casa había un pichoncito de gorrión, esperando a que Mik lo salvara de los peligros de la ciudad…. Probablemente el pichón se había caido del nido antes de aprender a volar, y el destino hizo que se cruzara en nuestro camino.
Así que ella no lo dudó ni un instante, adoptó al gorrión y lo llevó para su casa. Jaula mediante, ya instalado en su nuevo hogar, hubo que darle bautismo al nuevo integrante. Ahi fue donde el nombre de Rambo fue sugerido y aceptado, y a partir ese momento el pequeño Rambo se sumó a la extraña lista de anécdotas, códigos y guiños compartidos que tenemos con Mica.
Claro que la historia no termina todavía: cuando llegó el padre Mik, recomendó liberar nuevamente a Rambo, ya que los gorriones no pueden vivir enjaulados. Asi que fuimos con Mica y su padre a liberar al pequeño a la plaza de Lliria…. como ella alargaba la despedida de su Rambo adoptivo y no podia soltarlo, tuvo que hacerlo su padre.
Fue la ultima vez que vimos al joven Rambo… esperemos que haya podido volar por el cielo español.
El regreso triunfal de las polaroids: Dificil explicar una anécdota Polaroid con palabras! Trataré de resumirla, aunque en este caso, literalmente “una imagen vale mas que mil palabras”.
Fuimos a un local de Zara en un shopping de Valencia, a cambiar una prenda que Mik habia comprado, y como estaban de liquidación, sobraba ropa para probarse antes de decidirse que llevar. A partir de ese momento, no tuve más que tomar mi camara de fotos y dejar que la chica mas Polaroid que conozco hiciera su magia.
El resultado, tan simple y tan curioso: mi serie favorita de fotos de Valencia.
Sé que sobrarán momentos en el futuro para mantener la tradición de las polaroids… es solo cuestión de tiempo, porque el espiritu Polaroid está siempre presente.
El encuentro de Mica con Yoko: Andabamos recorriendo tiendas por Lliria, buscando comprar un cuaderno para los apuntes de Dublín, y mientras revolviamos estanterias en las tiendas de los chinos, ahí estaba Yoko, esperándonos para la foto. Una pequeña geisha de cerámica, Mika y una cámara fotográfica fue todo lo que hizo falta para retratar el histórico encuentro.
Como siempre he dicho, de haberse conocido en otro contexto (sin un Bucanero en el medio, claro) hubieran sido grandes amigas! Quizas, algún día lo sean, no?
:s