Pasaron 2 semanas desde que aterricé en Ezeiza luego de mis aventuras por el viejo continente, y todavía no había escrito ni una sola línea al respecto.
El viaje debe ser dividido en dos partes claramente diferentes: la primer parte de la aventura, en Valencia con Micaela y su familia; la segunda parte recorriendo los países escandinavos (Dinamarca, Finlandia, Suecia y Noruega) junto a mi familia.
Comenzaré donde todo comenzó, llegando en vuelo regular al aeropuerto de Valencia, donde una enemiga intima esperaba por mi.
A pesar de llevar mas de 20 horas de viaje sobre mis espaldas, de los cambios de aviones y terminales, de los check-in´s y los baggage claims, cuando distraidamente escuché que alguien me llamaba y vi que finalmente nos habiamos reencontrado, en ese instante el rayo de la certeza me decía que todo el esfuerzo había valido la pena.
Estabamos iguales, y sin embargo estabamos cambiados… ironías de la vida, yo voy conociendo dia a dia a su familia, a sus amores suecos, a sus amigos, y ella todavía sigue sin conocer ni a uno solo de mis lazos familiares… a estas alturas ya debe creer que soy huerfano.
Fueron 7 dias intensos y movidos, no había margen para dormir mucho, solo lo necesario como para seguir pateando la ciudad al día siguiente. Trataré ahora de hacer un brevisimo resumen del recorrido turistico valenciano:
Primero fue llegada a Lliria, pileta en la casa de Iván y cena en Kinepolis (por poco y terminamos viendo a Harry Potter, pero el sueño pasó su factura de tanto viaje acumulado).
Al día siguiente recorrimos el antiguo rio que ya no corría por las venas del centro de Valencia, y visitamos el L´Oceanografic durante toda la tarde. Cuando ya la luna marcaba las horas, pateamos el puerto y brindamos con Heineken.
La mañana que siguió recorrimos Lliria con su plaza y sus locales "todo x $2", y fuimos para el centro de Valencia a conocer su casco historico, sus torres, sus murallas, su plaza de toros, su Marqués de Dos Aguas, su Miguelete, su estación central. Esa tarde pude probar la famosa horchata valenciana, amada y odiada en partes iguales según las opiniones que escuché. A la noche hubo revancha en el Kinepolis, con unas buenas tapas y el estreno de la pelicula de Los Simpsons.
Luego hubo dos dias de Fiesta Hawaiiana, uno de previa y preparativos, otro de resaca, pileta y paella. Para el festejo polinesico que estaban planeando en la casa de Iván tuvimos que buscar carne vacuna cortada al estilo argentino para poder hacer algunas tiras de asado a la parrilla, con lo que la bandera argentina volvió a flamear por un instante en tierras españolas.
Pasadas la fiesta buscamos regalos para los irlandeses, e hicimos unas fotos en la Albufera cuando ya el sol se despedía de nosotros.
El último día recorrimos las cercanías de Lliria, tomamos algo en el centro, preparamos los bolsos y valijas, calculamos pesos de equipaje, nos despedimos de aquellos que se quedaban en España y dejamos todo listo para partir hacia Madrid para tomar sendos vuelos hacia otros rumbos.
A veces parece que la Fortuna se divirtiera tejiendo coincidencias, ya que resultó que mi vuelo a Copenhague y su vuelo a Dublín salían el mismo día con apenas hora de diferencia, con lo cual viajamos juntos y nuestra despedida fue en Madrid y no en Valencia.
Asi que finalmente, cuando apenas habian pasado un par de horas de la medianoche salimos con destino final a Barajas, junto a Mik y sus padres. En su momento pensé que aprovecharía el viaje para dormir, pero como es costumbre, hablando se me pasó la noche en vela, a pesar de mi persistente afonía… además, hubiera sido una lastima desaprovechar esas ultimas horas, en buena compañia, sintiendome como en casa, como con mi propia familia.
Y en Barajas ya no hubo tiempo para grandes despedidas, los relojes jugaban los minutos a contrareloj, y los aviones no esperaban a los que se despiden. De todas formas no fue un "adiós", fue simplemente un "hasta luego", hasta que los caminos nos vuelvan a cruzar en algún aeropuerto, entre aviones que llegan y se van, ahi nos encontraremos, como ya es nuestra enemiga costumbre.
Nos veremos proximamente, entre los arribos del Ministro Pistarini….
PD: He dejado en el tintero para la próxima ocasión todas las anécdotas valencianas (el tsunami de chanes, el encuentro de Mica con Yoko, la afonía insistente, el rescate de Rambo, el regreso triunfal de las polaroids en Zara… y todo el viaje por Escandinavia. Ya retomaré la historia… stay tuned.
“In Dublin’s fair city,
where the girls are so pretty,
I first set my eyes on sweet Molly Malone…”
Ya estoy de vuelta de mi aventura irlandesa. No puedo negar que este verano ha sido uno de los más movidos que he tenido hasta ahora en los 24 que llevo de existenciam y seguramente el más emocionante. Sabes que sos bienvenido nuevamente por aqui cuando quieras.. igualmente en Nottingham a partir del 19 de septiembre.
Tal y como has dicho, ha sido un “hasta luego”… quiza nos veamos pronto en algún aeropuerto, es nuestro karma. Es lo que tiene vivir lejos el uno del otro, quiza si vivieramos más cerca seriamos enemigos de esos que no quisieran ni cruzarse por la calle, pero inevitablemente se acaba cruzando alguna tarde cualquiera.
Ahora te espera la rutina, a mi preparar la valija de nuevo. Habrá que juntar anecdotas para contarnosla la próxima vez en Belgrano, no? De momento ya nos veremos por aki, como de costumbre desde que nos conocimos
Que sea leve!!
MiK
Hola Buk!
Fue un placer recibirte y enseñarte todo esto. Espero que lo disfrutaras y que vuelvas algún dia (fallas quizas?). Te tomamos la palabra para devolverte la visita algún dia (esperemos que no tarde mucho) en Buenos Aires. Chán!!
Chán chán chán chán!!!…
Un saludo desde Valencia
El album polaroid valenciano:
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