Dicen que el cartero siempre llama dos veces…. a veces, cuando menos te lo esperás.
En mi caso, las dos veces que llamó el cartero, fueron bastante diferentes…. la primera, hace ya muchos años, para entregar una postal desde Valencia; una postal que tenía cientos de recuerdos aún frescos en los trazos de tinta. Destilaba nostalgia, y aun hoy cada vez que veo esa postal en mi corcho me imagino como un recién llegado a un nuevo mundo, escribiendo de regreso a la tierra que me vio partir.
La segunda llamada del cartero fue mucho despues; nuevamente en forma de postal, pero desde un lugar diferente, Roma. Esa postal me tomó por sorpresa, como tantas cosas que suceden en la vida sin que las esperes. Ya para ese entonces los trazos no destilaban nostalgia, habia alegría de compartir las cosas buenas con los que de una u otra forma siempre han estado presentes aun en ausencia…. de aquellos que cumplen eso de "si me llamás, voy", y no hace falta que lo digan.
Yo todavia le debo una postal…. pero después de tantos años, está visto que ella me conoce demasiado bien, a mi que siempre se me hace tarde y dejo las cosas para mañana.
Será en Valencia donde nos pondremos al día, y dejaré los mañanas para disfrutar el hoy.
Arrivederci Roma!
jaja si.. todavia estoy esperando que el cartero llame a mi puerta!!… pero resulta que voy a tener que madrugar para ir a buscarte al aeropuerto en un dia de vacaciones!! mmmbueno… te lo perdonare