– Che, ¿cómo te fue con ese psicoanalista que te recomendé?
– ¡Bárbaro! Cuando empecé a atenderme con él, yo era un tipo arrogante, soberbio, egocéntrico, desmedidamente jactancioso. Hoy, te puedo asegurar, es muy difícil que encuentres en todo el mundo un tipo tan maravilloso como yo.
( No sé por qué, pero me sentí muy identificado al ver este chiste…. jajaj )