El policía gallego entró violentamente a los vestuarios del polideportivo de Pontevedra y esposó al campeón de los pesos medianos. Sin darle tiempo a nadie a intervenir, se lo llevó a la delegación policial.
El comandante, al verlo entrar con el boxeador esposado, estalló:
– Pero ¿por qué carajo trae al campeón detenido?
– Preventivamente, mi comandante. Supe por la prensa que iba a participar en doce asaltos.