El gallego Pepitín fue de vacaciones a un albergue juvenil. Apenas llegó, acomodó sus cosas. Con mucho cuidado, sacó dos ladrillos de su mochila y los colocó sobre la mesita de luz. El instructor le preguntó:
–¿Qué son esos ladrillos, Pepitín?
-El retrato de papá… el retrato de mamá…