El pelotón de soldados gallegos tiene como misión inutilizar la estación de trenes más cercana. Para ello les han dado apenas siete minutos.
A los cinco minutos y medio regresa el pelotón y se presenta ante el capitán. Grita el sargento:
–?La estación ha sido inutilizada, mi capitán!
-?Ah, muy bien! ¿Cómo habéis hecho?
–?Hemos comprado todos los pasajes que había en la boletería de modo que ya nadie podrá tomar allí el tren, capitán!