El chico llegó casi llorando del colegio.
–¿Qué te pasa, nene?
-Mamá, en el colegio me dijeron que si era judío no era argentino.
–No, mi vida. Vos sos judío y argentino.
-Bueno, pero entonces necesito saber qué soy más: ¿argentino o judío?
–¿Qué sos más?
-Si… qué soy más.
–Bueno, eso no te lo puedo contestar yo. Cuando venga tu padre se lo preguntás.
Cuando llegó su padre, el chico se mandó:
-¿Qué soy más, papá? ¿Judío o argentino?
–¿Por qué me preguntás eso?
-Mirá papá: ?necesito saberlo!
–¿Para qué?
-Hay un chico que me quiere vender una bicicleta. Por eso quiero saber qué soy más.
–A ver, explicáme.
-Te explico: si soy más judío, voy y le regateo el precio. Ahora: si soy más argentino, salgo esta noche y se la afano. ¿Entendés?